Todo entra por los ojos. Son los primeros 3 minutos decisivos en los que el inconsciente del otro se debe llevar la mejor impresión de nosotros. Acuérdate que no existen segundas oportunidades para causar un buen recuerdo.
La primera impresión no se entiende solamente con la presentación personal, sino también con la forma en que nos comportamos; si estamos receptivos cuando ingresamos a donde llegamos y la manera como interactuamos con los demás.
A continuación algunos TIPS para tener en cuenta al momento de llegar a un espacio por primera vez.
- SABER LLEGAR: Ser puntual, es clave. No necesariamente llegar antes que todo el mundo, pero tampoco, pasada la hora o cuando el evento ya va por la mitad. No llegues hablando por teléfono o con celular en la mano. Tampoco llegues quejándote de lo que le sucedió, que como había de trafico o que no encontraste parqueadero.
- SABER EMPEZAR: Que siempre nos recuerden con nombre y apellido, y no precisamente por protagonizar un episodio. Los modales, los gestos, las palabras que usamos, el tono de voz… todas estas variables casi siempre se almacenan en el subconsciente de los demás y nos permiten dejar una marca, que nos identificará para el resto de la vida.
- SABER ENTRAR: Trata a todo el mundo por igual y de forma sincera a cada persona que se presente. ¡Ser bueno y auténtico es muy fácil! Comienza por sonreír y hacer que el interlocutor se sienta cómodo. Llamar a las personas por su nombre, saber escuchar.
- SABER ESTAR: Hacer preguntas es muy efectivo, pues nos ayuda a conocer un poco del otro y relajar el ambiente, así se activa una conversación y se “rompe el hielo”. Sugerencia: Cuando generes esa apertura inicial tampoco te expongas al 100%. Ve despacio, mídete y has caso a la intuición.
ELIGIR VESTIMENTA: Que la vestimenta que elijas sea el reflejo de tu propio estilo, es decir, que refleje lo que tú eres. Tener un estilo propio genera confianza en los demás pues proyecta una imagen coherente de nosotros mismos, con respecto a lo que decimos hacemos y reflejamos.